Interior, frente a puerta de entrada
Recuerda que puedes descargarte este archivo siempre y cuando estés registrado.Muy bien, ¡prueba superada! No era tan difícil, ¿verdad? Les propongo ahora que miren hacia la cabecera de la iglesia. Éste es uno de mis rincones favoritos. Desde aquí se observa perfectamente la estructura del templo, sus tres naves.
En mis tiempos, como podrán imaginar, las velas y el sol eran los únicos sistemas de iluminación posibles y, créanme, a veces, resultaban muy escasos. Hoy, nuevas luces bañan este viejo priorato. Sutilmente, guían nuestra vista, dirigen nuestros pasos, y nos sumergen en la fuerza de una arquitectura ideada hace más de 800 años. Sobria, sencilla, sin apenas decoración. Tan sólo unas amplias hojas de agua rematando los capiteles.
No sé, quizá sea una sentimental empedernida, pero cada amanecer me sigo acercando aquí y dejo que mi vista se pierda, que mi espíritu se funda con las piedras, con el esqueleto del templo.